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De una gofrera al éxito mundial: la verdadera historia de las zapatillas Nike Moon

  • 15/9/2025


Texto: Department of Nike Archives

No todas las innovaciones en la ciencia del deporte surgen de un laboratorio.

De hecho, la icónica suela tipo gofre de Nike, una de las innovaciones más revolucionarias del running, nació en una cocina.

En 1971, Bill Bowerman se enfrentaba a un problema que lo obsesionaba desde hacía dos años. La nueva pista de uretano que se había instalado en la Universidad de Oregón era dura y resbaladiza, y las lesiones se habían multiplicado. Bowerman tenía que afrontar la realidad: había elegido una superficie para la pista que no estaba funcionando bien y tenía que encontrar una solución. ¿Cómo podía conseguir un mejor agarre? Las zapatillas con clavos se hundían demasiado, pero las que no los tenían no se adherían lo suficiente.

Una mañana, mientras observaba la gofrera de su mujer Barbara, un modelo 251 de Bersted Manufacturing Company que les habían regalado por su boda en 1936, le llamó la atención el patrón de la rejilla. Los cuadros en relieve parecían la figura geométrica perfecta para ofrecer la tracción ligera que estaba buscando.

Vertió uretano líquido directamente en la gofrera familiar. Al cerrarla, se quedó sellada al instante y, después de 35 años de uso, el regalo de bodas quedó inservible. Decidido, cogió el coche, se fue a la ciudad y compró varias gofreras de segunda mano para seguir experimentando. Esos primeros experimentos dieron lugar a un diseño invertido con protuberancias cóncavas, pero, con una idea ya definida en mente, perfeccionó los moldes y materiales hasta conseguir al fin un prototipo viable.

La gofrera original, rescatada casi 40 años después de que Bill Bowerman la echara a perder y la enterrara en el jardín de su casa.

El resultado esa experimentación fue la primera versión de las zapatillas Nike Moon, un diseño que daría forma al futuro del running durante décadas.

"La suela tipo gofre lo cambió todo", afirma Rick Lower, historiador de Nike Running. "No solo cambió la forma de pensar de la comunidad de runners respecto a la tracción y la amortiguación, sino que mostró a la gente el verdadero objetivo de Nike: resolver problemas con soluciones nuevas".

"La suela tipo gofre lo cambió todo. No solo cambió la forma de pensar de la comunidad de runners respecto a la tracción y la amortiguación, sino que mostró a la gente el verdadero objetivo de Nike: resolver problemas con soluciones nuevas".

Rick Lower, historiador de Nike Running
Un catalizador para el futuro

En 1971, Nike, todavía conocida como Blue Ribbon Sports, un importador estadounidense de zapatillas de running japonesas, aún no se había convertido en el referente mundial en cuanto a innovación deportiva que es hoy en día. La joven empresa estaba dando sus primeros pasos y Bowerman, como cofundador, entrenador y experimentador incansable, le dio el impulso que necesitaba para avanzar. Para él, cualquier superficie era un problema pendiente de una solución. 

Un ejemplo fue el nuevo césped artificial instalado en el Autzen Stadium que no ofrecía suficiente tracción al equipo de fútbol americano de los Oregon Ducks. Cuando llovía, los jugadores cambiaban sus botas con tacos por unas zapatillas de baloncesto con una suela con diseño de espiga que se adhería mejor. Bowerman y su colega Jeff Johnson empezaron a probar ideas para mejorar la tracción tanto de las botas de fútbol americano como de las zapatillas de atletismo. Sus pruebas dieron lugar a las Astrograbber, unas zapatillas cuyo prototipo se creó en 1972 y que volvieron a lanzarse décadas después.

"Hacía décadas que no se veía ninguna auténtica innovación en las suelas exteriores", explica Rick Lower, historiador de Nike Running. "Las zapatillas de running eran básicamente una lámina de goma que te protegía los pies del asfalto. La tracción y la amortiguación eran aspectos secundarios. Pero Bowerman se negaba a aceptar eso".

Impulsado por ese momento de inspiración en su cocina, empezó a construir una red local que le permitiera perfeccionar los moldes y los materiales con tiendas de neumáticos, mecánicos y zapateros. Los primeros prototipos se desintegraban a los pocos minutos de empezar a correr. Otros hacían cortes en los tobillos de quienes los probaban con el alambre que llevaban incorporado en la composición de goma para mejorar la tracción. Pero cada intento fallido los acercaba más a su meta.

"Las zapatillas de running eran básicamente una lámina de goma que te protegía los pies del asfalto. La tracción y la amortiguación eran aspectos secundarios. Pero Bowerman se negaba a aceptar eso".

Rick Lower, historiador de Nike Running

En noviembre de 1971, se probó por primera vez la suela tipo gofre en una competición. El equipo de running campo a través de Oregón ganó el título de la NCAA con los primeros modelos de las zapatillas. Durante el invierno y la primavera de 1972 más atletas de varias universidades y del instituto South Eugene de la zona probaron las zapatillas sin atraer demasiada atención hacia ellas. En verano, Bowerman y Geoff Hollister cosieron a mano un pequeño lote de prototipos para un evento más importante: las pruebas clasificatorias olímpicas en Eugene.

No eran perfectos, sobre todo para pruebas como la maratón. "Básicamente cosieron la parte superior a una fina lámina con patrón de gofre", comenta Lower. "Resultaban tan minimalistas que era como correr descalzo". Aun así, un pequeño grupo de runners valientes los llevaron. Había quienes pensaban que las huellas de las suelas tipo gofre se parecían a las huellas que dejaron los astronautas en la Luna. Por eso a los prototipos se les dio el nombre icónico de las zapatillas Moon.

Fue un momento crucial para la empresa, que crecía a un ritmo vertiginoso. Aunque las zapatillas no estaban listas para un lanzamiento a gran escala, quedó claro que esa pequeña empresa de Oregón podría revolucionar la industria de las zapatillas de running.

El camino hacia un movimiento de running

Las zapatillas Moon como tal nunca salieron al mercado, aunque se cree que se vendieron algunos pares en la tienda de Nike en Eugene. Por tanto, es posible que más de una persona hubiera podido hacerse con un par si estuvo en el momento oportuno en el lugar adecuado. Pero la esencia de esas zapatillas se extendió rápidamente. En 1973, Nike lanzó las Oregon Waffle. Dos años más tarde llegaron las Waffle Trainer, el primer gran éxito de Nike.

Estas zapatillas, diseñadas por Bill Bowerman y Geoff Hollister, junto con dos famosos colaboradores de Bowerman: el cirujano ortopédico Stan James y el podólogo Dennis Vixie, se convirtieron en las zapatillas de running más populares de Nike. Se crearon para satisfacer una petición del corredor Jon Anderson quien quería unas zapatillas de entrenamiento más robustas. Pero además de satisfacer con creces las necesidades de Anderson, se convirtieron en las zapatillas de entrenamiento más vendidas del país. En 1975, se habían vendido más de 100.000 unidades y su parte superior azul con un Swoosh amarillo era una de las imágenes emblemáticas de Nike en esos primeros años. De hecho, hoy en día, sigue siendo un icono del Nike de los años 70.

"Las Waffle Trainer convirtieron el experimento de las zapatillas Moon en un producto global. Gracias a ese logro, Nike se consolidó como una empresa innovadora".

Rick Lower, historiador de Nike Running

Las revolucionarias zapatillas no solo aportaban mejor agarre a runners que corrían en su día a día. Su suela acampanada y su amortiguación desconocida hasta el momento redefinieron lo que se podía esperar de unas zapatillas de running.

"Ese modelo fue el puente para llegar a la actualidad", explica Lower. "Convirtió el experimento de las zapatillas Moon en un producto global. Gracias a ese logro, Nike se consolidó como una empresa innovadora".

Pero ahí no acabó la historia de las zapatillas Moon. Tras su nueva aparición en el desfile del diseñador francés y colaborador de Nike Jacquemus el pasado mes de enero, el icónico modelo se ha renovado para las nuevas generaciones. Pronto estará disponible ese nuevo diseño que, además de ser elegante y vanguardista, es la unión del legado y el estilo con la velocidad, una representación de esa misma determinación incansable que dio lugar a su primera versión. Lo que una vez fue considerado el símbolo del ADN competitivo de Nike ahora se reinventa para el futuro.

Todo gracias a la experimentación y la innovación

La historia de la gofrera podría haber continuado siendo una leyenda si no fuera por un descubrimiento que se hizo décadas después. Cuando el hijo de Bowerman, Tom, reformó la propiedad familiar en Coburg (Oregón), descubrió una fosa para residuos olvidada ya hacía tiempo junto al garaje. Dentro había prototipos, moldes y la carcasa oxidada de la gofrera que Barbara Bowerman tiró después de que Bill la echara a perder. 

Hoy en día, la gofrera se encuentra en el Department of Nike Archives, en las oficinas centrales de Nike, en Beaverton (Oregón). Es un recordatorio del experimento casero que dio lugar al éxito de Nike y su filosofía de trabajo: experimentar con audacia, perfeccionar continuamente y nunca dejar de avanzar.

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