Creemos que una fuerza de trabajo con capacidades, valorada y participativa es clave para el crecimiento y la sustentabilidad. Queremos empoderar a los proveedores para involucrarse con su personal y valorarlo porque sabemos que un alto nivel de participación del empleado mejora la eficiencia, agilidad y compromiso de la fuerza laboral que, a su vez, genera resultados beneficiosos tanto para el individuo como para la organización.
Los trabajadores que se involucran no solo tienen una mayor probabilidad de experimentar una sensación mayor de bienestar, sino que también es más probable que sean más productivos y tengan tasas menores de absentismo. &Snbsp;e ha probado que contar con una fuerza laboral involucrada cambia de manera fundamental los problemas comunes relacionados con la remuneración, las horas extras y las condiciones del lugar de trabajo.
Desarrollamos e implementamos la Encuesta de participación y bienestar (Engagement and Wellbeing, EWB) para medir el nivel de participación y las experiencias de los trabajadores empleados por los proveedores. Si bien hemos escalado la implementación de esta encuesta para llegar a más instalaciones de nuestra cadena de suministros ampliada, medir lo que los trabajadores tienen que decir es solo el inicio. También apoyamos de manera activa a nuestros proveedores para desarrollar capacidades que aumentarán esta participación. Este enfoque es fundamental para lograr un futuro en el que sigamos creciendo junto con los proveedores que valoran e involucran a sus trabajadores.
Brindamos apoyo a los proveedores para implementar prácticas pragmáticas basadas en evidencia y medibles para aumentar la participación y hemos establecido un objetivo ambicioso para 2025. Para 2025, esperamos que el 100% de los proveedores estratégicos esté midiendo y mejorando la participación de las personas que hacen nuestros productos.
Fijamos este objetivo porque creemos que una fuerza laboral participativa es aquella en la que las personas son valoradas y quieren contribuir positivamente. Además, el ambiente laboral debe ser física y emocionalmente seguro y contar con una gerencia que promueva de manera activa la creación de ese entorno seguro.
Para lograr este objetivo, centramos nuestro trabajo en tres áreas clave.