Black and white close up of Victor Wembanyama's face. He leans his head to the right, and looks across his shoulder to the camera.
  • La marca de la comunidad de atletas

Victor Wembanyama: la leyenda sigue creciendo

  • 2/8/2024

Al quinto partido de su carrera profesional, y en su tercer encuentro seguido fuera de casa, Victor Wembanyama ya se sentía totalmente cómodo en la NBA. Al final de la noche, había conseguido 38 puntos, 10 rebotes y 2 tapones. Para finales de temporada, llevaba una media de 4 tapones por partido y se posicionaba a la cabeza de la liga. 

Las cifras de Victor son totalmente increíbles. Este joven de 20 años y  2,24 m de altura se deja la piel en cada centímetro de la cancha. Cuando ataca, es fluido y tiene mucha movilidad. Cuando defiende, cubre a su objetivo y es capaz de repeler los cortes más rápidos gracias a su altura y su mirada fija. La clave de evaluar a rookies en la NBA suele estar en calibrar sus posibilidades. Como mínimo, ¿qué podríamos esperar de este jugador? Entró en la liga y, de inmediato, la pregunta pasó a ser: ¿cuál será su límite, si es que conoce alguno? 

Victor nos ha contado qué se necesita para ganar y hemos hablado de superar los propios límites y apagar los miedos, entre más cosas.


Desde muy pequeño supe el tipo de profesional que quería ser. Los atletas profesionales tenemos muchas cosas que hacer que en otros trabajos no suponen una preocupación, como dormir suficientes horas tras jugar varios partidos consecutivos y volar a zonas horarias diferentes. Yo me he propuesto dormir mejor. Lo necesito. Cuando me siento a cenar, ya dejo puesta la alarma en el móvil para despertarme al día siguiente y no lo uso más en toda la noche. 

Tengo la suerte de competir en varios equipos. Llevar la camiseta de Francia me hace sentir una de las emociones más fuertes que conozco. En la NBA, mi corazón está con la ciudad de San Antonio. Soy parte de ella. Me ha acogido totalmente. 

"Asumir que las cosas se me quedan demasiado grandes o que ciertos objetivos son demasiado ambiciosos es una tendencia que he apartado totalmente de mi vida".

Victor Wembanyama

Toda la vida he sido el más alto de la cancha. Por eso, cuando los coaches me veían driblando bajo las piernas y ejecutando otras jugadas similares, su primer reflejo era decirme que no lo hiciera. Siempre me han presionado para que me mantuviera en la línea de lo estándar. Y esa ha sido siempre mi gran batalla, toda la vida. Ahora tengo más libertad que antes, pero estoy convencido de que es precisamente porque me he esforzado para romper con esos estereotipos.

A cualquier joven que se enfrente a algún problema, le diría lo siguiente: yo, a los 12 años, pasé por una fase de desmotivación. Tenía problemas a la hora de tirar en los partidos. En aquel momento estaba creciendo un montón y estaba todavía más delgado que ahora, así que me costaba buscar hueco entre los defensas para tirar. Mi coach me dijo que, en el mundo profesional, las cosas se trabajan en el momento presente. Y que ese era mi error: centrarme en el futuro. 

Me parece muy especial que las nuevas generaciones lleven mi camiseta. Siempre que veo los momentos destacados de nuestros partidos, me fijo en las reacciones del público. Siempre hay niños y niñas con mi camiseta. No es lo primero en lo que piensas cuando empiezas a jugar en la NBA, pero luego te das cuanta de que tú puedes influir de forma positiva en las personas más jóvenes solo por hacer algo que te encanta. Eso es muy bonito. 

Me pone muy triste el hecho de que a muchas personas les falta ambición. Suele deberse al miedo, a pensar que no vales lo suficiente. Asumir que las cosas se me quedan demasiado grandes o que ciertos objetivos son demasiado ambiciosos es una tendencia que he apartado totalmente de mi vida.

Al fin y al cabo, solo tú puedes definir qué objetivos quieres tener en la vida y en quién quieres convertirte. Ganar es conseguir lo que más te importa. 

"No creo que haya ninguna otra persona que pueda tener más expectativas sobre mí que yo mismo".

Quiero ayudar a forjar una nueva era de gloria para el baloncesto francés. Y eso implica impulsar este deporte y hacerlo más popular en todo el país para la nueva generación. En el baloncesto francés, creo que potencial e inversión todavía no están a la par. ¿Cómo podemos mejorar nuestras intalaciones? ¿Cómo podemos preparar mejor al personal? Hay que responder al nivel del potencial que existe y promover al talento que ya tenemos. Hablando de baloncesto, Francia tiene un futuro magnífico por delante, el mejor.

Me han preguntado que cómo procuro que mi propio nombre no se sobreponga y se coma al equipo, a los Spurs. Eso no va a pasar nunca. El equipo quiere que yo triunfe y alcance mi plenitud. Han hecho muchos sacrificios por mí. Quiero que toda la organización sepa cuánto comprendo y aprecio todo lo que han hecho. A veces es algo pequeño, como enviar un mensaje o dar la bienvenida a una persona recién llegada. Yo intento que cada quien vea su propio valor en todo lo que hace. No me asusta hacerme grande, porque quiero trabajar tan duro como yo pueda para que los Spurs también lo hagan. Quiero devolverles lo máximo. 

"No creo que haya ninguna otra persona que pueda tener más expectativas sobre mí que yo mismo". Por eso, cuando me señalan como un jugador único en mi generación, no creo que sea para tanto. Las únicas personas a quienes tengo que demostrar algo son mi coach y mi equipo. Ni siquiera mis padres tienen expectativas. Solo quieren que sea feliz. Cuando quiero escapar de toda esa presión, apago el móvil. Así de fácil. Así desconecto de las presiones y las expectativas. Nunca he sentido que hubiese algo que me mereciera por derecho. Yo me limito a jugar al baloncesto.

  • Historias
  • Impacto
  • Empresa
  • Noticias
      • © 2024 NIKE, Inc. Todos los derechos reservados