Jakob Ingebrigtsen, crouches on a track, and smiles as he looks to the left, wearing a black Nike singlet and a gold chain around his neck.
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Jakob Ingebrigtsen habla sobre ganar a sus hermanos y al resto del mundo

  • 24/5/2024

Si vas a una carrera en la que participa Jakob Ingebrigtsen, no lo dudes: vencerá. El mediofondista noruego lo asegura con un aire desenfadado y, aun así, sus méritos reflejan un talento que va muy en serio. Cuando tenía 16 años, Jakob se convirtió en el atleta masculino más joven de la historia en recorrer 1,5 km en menos de 4 minutos. Ahora, con 23 años, es uno de los líderes mundiales en las carreras de 1,5 km y de 5.000 metros.

Atribuye su gran confianza al irracional afán competitivo que tiene con sus dos hermanos mayores, que lo llevaron a convertirse en una de las estrellas más brillantes y consumadas del atletismo. A continuación, Jakob nos habla sobre la competición, los objetivos y la actitud que hay que tener para ganar.

La competición, que no el deporte, fue el primer amor de nuestra familia. Cuando descubrimos el atletismo, ni nuestro padre ni nuestra madre practicaban ningún deporte. Pero, como somos una gran familia, los chicos siempre encontramos maneras de competir entre nosotros y el atletismo fue una vía inmediata de decantar el marcador.

Tus hermanos y hermanas merecen tanto tu admiración como tu envidia. De pequeño, decir que quería ser como mi hermano era como decir que quería ganarle.

Al mismo tiempo, cuando tu familia gana, el triunfo también es tuyo. Recuerdo ver a Henrik llorando cuando Filip ganó el campeonato mundial en 2017. Henrik me contó que él tuvo la misma reacción cuando gané en los Juegos Olímpicos. Curiosamente, sentimos que formamos parte del progreso de los demás cuando logramos algún tipo de éxito.

Abordo el atletismo con un enfoque profesional desde los 5 años. Desde que estaba en primero, tengo una rutina mental previa a las carreras. Cuando mis amigos sacaban las chanclas, yo me ponía el mono de atletismo. Lo más importante en mi vida era ganar las carreras.

"Hacer lo mismo que el resto es aburrido. Al hacer atletismo en Noruega, era el raro. Ahora gano medallas".

Ya en la infancia, sientes que tu país tiene un deporte nacional. Noruega no es una nación de grandes runners. Cuando era pequeño, el atletismo allí no era algo guay. Nunca hablaba de ello en el colegio. Lo que estaba de moda era el fútbol y el esquí de fondo. Nos centramos en el running cuando nos hicimos más mayores, pero crecimos practicando todo tipo de deportes, en especial los de nieve. Ahora, rompemos barreras por nuestro país. Somos el nuevo país del atletismo. 

El lado competitivo del atletismo es incluso más importante que el aspecto físico. Henrik y yo aprendimos de nuestro hermano mayor a ser un poco arrogantes y algo chulescos en algunas cosas, por así decirlo. Él siempre iba a las carreras pensando que podía ganar, incluso cuando era mucho más lento que el resto de participantes. Pero eso nos hizo ganar más confianza a los dos. Si él conseguía el bronce, estaba claro que yo iba a conseguir la plata o el oro.

El atletismo es un deporte solitario, por lo que recuerdas los momentos en los que retas a runners a llevar a cabo algo histórico. Mis hermanos y yo entrenamos con Eliud Kipchoge para el Breaking2. Ver el nivel de cada atleta que entrenaba con él fue una locura. Al fin y al cabo, todo el mundo busca lo mismo: ver lo rápidos que pueden ser los humanos en diferentes distancias. Luchamos por ese honor, pero también nos une la competición.

Lo más importante que se puede hacer como runner joven es establecerse objetivos personales. El mío era superar a mis hermanos y, al hacerlo, me convertí en uno de los mejores runners del mundo. 

Hacer lo mismo que el resto es aburrido. Al hacer atletismo en Noruega, era el raro. Ahora gano medallas. 

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