Empezó a grabar su música en Johannesburgo en un estudio improvisado en un armario y ahora es la artista africana más joven en recibir este galardón. Sin duda, su éxito ha sido meteórico. Ha causado sensación en semanas de la moda, triunfó en los MTV Video Music Awards y ha convertido en un movimiento global el popiano, su fusión exclusiva de amapiano, afrobeat, pop y R&B.
Con la enorme popularidad que ha cosechado su éxito Water y su coreografía con cientos de miles de versiones en las redes sociales, la artista de 23 años ha afianzado su estatus como todo un referente cultural y musical. Y su estilo, al igual que su música, no deja de evolucionar. Lo mismo la vemos con un chándal y sus Nike Shox que desprendiendo puro glamour de alfombra roja.
Donde hay música y moda, siempre hay deporte. Por eso la colaboración de Tyla con Nike encaja tan bien. La estrella sudafricana lleva toda la vida siendo fan de la marca. De pequeña, esperaba con ansia el momento de heredar los productos Nike que se le quedaban pequeños a su hermano. Y es que siempre ha valorado esa intersección entre deporte, movimiento y música. En este artículo, Tyla nos habla del ritmo que más la motiva, de los básicos Nike sin los que no puede pasar y de por qué se niega a que la encasillen.
¿Cuál es tu recuerdo más especial con Nike?
En casa, mi hermano heredaba las cosas de mi padre y siempre había algo de Nike. Yo me moría por estar en su lugar. Él era el único chico, así que al final se lo quedaba casi todo. Pero siempre me prestaba lo que me iba bien.
¿Cómo desarrollaste ese estilo musical tan tuyo y cómo ha ido evolucionando?
Para mí es superespecial haberme hecho un sitio en el mundo de la música con un estilo propio. No se oye nada parecido a lo que hago. Estoy segura de que tener una identidad propia como artista es algo con lo que sueña cualquier persona que se dedique a esto. Por eso me siento tan agradecida de que guste tanto. Al final, acaba yendo más allá de mi cultura y se extiende al mundo entero. Es alucinante ver lo lejos que puede llegar.
Me gustaría que la nueva generación de artistas de África, y en especial las mujeres, pudieran hacer lo que quisieran sin que se les encasille en ningún género concreto. Según la música que hagas, si eres del continente africano, muchas veces se te asocia al mismo grupo que al resto, incluso aunque tu estilo no sea generalmente el afrobeat. Me encantaría que pudiéramos ocupar cualquier espacio en el mundo de la música. Que hagamos lo que queramos y se nos reconozca por ello sin que todo se reduzca a una sola categoría.
Yo lo tenía muy claro cuando empecé a crear mi música. Sabía que quería algo pop, pero no de la forma tradicional. Tenía que ser diferente. En mi tierra, tenemos mucha influencia de la música occidental y de los estilos locales. Quise fusionarlo todo y ver qué podía crear con ello.
Muchos fines de semana, mi manager y yo íbamos a una casita que tenía en Johannesburgo. Habían hecho un estudio en un armario y allí empecé a grabar, a probar cosas nuevas y a experimentar con la música. Así fue como compuse mi primera canción.
Desde entonces, todo siguió evolucionando hasta convertirse en algo de lo que me siento muy orgullosa. He hecho realidad un sueño. Cuando firmé con la discográfica, se lo dejé claro: "Este es mi sueño. Esta es la música que quiero". Me dieron todo su apoyo y lo hicimos funcionar.
"Soy muy de experimentar. Me encanta vestirme llevando todo de un modo diferente. Para mí, la moda es un reto. Si un look no queda bien, me gusta trabajarlo para ver cómo puede funcionar".
Sabemos que tienes un horario muy exigente. ¿En qué prendas Nike confías para ir siempre cómoda y con estilo?
Sin duda, una clave son las zapatillas, sobre todo las Nike Shox. Aunque últimamente me he puesto mucho las Clogposite de la colaboración con Supreme. Las tengo en todos los colores. De verdad . Me las pongo para todo: para ir al aeropuerto, para el estudio, para caminar. Son supercómodas y prácticas. Creo que cuando te pones unas zapatillas como estas, lo que llevas se ve mucho mejor.
"Sabía que quería hacer pop, pero no de la forma tradicional. Tenía que ser diferente. Quise fusionarlo todo y ver qué podía crear con ello".
Tyla, cantante y compositora ganadora de un Grammy
Háblanos de tu estilo personal y de cómo ha evolucionado.
Ha cambiado mucho con el tiempo. A veces flipo cuando miro fotos antiguas y veo lo que llevo puesto. Me aburro rápido y suelo cambiar mucho de opinión. Hoy me gusta un outfit y al mes siguiente puedo estar arrepintiéndome de haberlo llevado.
Dicen que visto como las protagonistas de los Picapiedra: llevo ropa alternativa con muchos cortes y cosas así. Esa tendencia empezó cuando tenía que arreglarme para los espectáculos y no tenía muchos recursos. Mi colega Thato y yo cogíamos lo que pillábamos y nos poníamos a recortar aquí y allá. Luego lo combinábamos y creábamos looks increíbles de la nada. Cuánto más lo hacía, más me gustaba. Y al final se convirtió en un estilo muy mío. Ahora no me gusta lo que se ve demasiado perfecto.
Antes tenía una idea muy clara del estilo que quería. Ahora soy más abierta y experimento más. No tenía mucha idea de moda. Me ponía lo que me parecía en cada momento y, si quedaba bien, tiraba para adelante. Ahora que he ido a semanas de la moda y tengo más acceso a las marcas, me he enamorado de ese mundo. Quiero probarlo todo.
Mi estética siempre conecta con cómo quiero sentirme. A veces me apetece estar guapa, otras voy a lo cómodo, otras me gusta llevar cosas más masculinas. Depende de cómo me sienta. No quiero ir siempre igual. Cuando pase el tiempo y eche la vista atrás, quiero verme de muchas formas diferentes. Que haya cientos de Tylas distintas.
¿Qué te hace más ilusión de esta colaboración?
Bueno, soy una chica Nike. Adoro la marca. No es solo ropa deportiva. Es moda. Eso me gusta mucho, porque cuando me pongo algo Nike no siento que me esté poniendo unas zapatillas o una camiseta sin más. Las estoy luciendo. Siempre me han atraído mucho todas sus colaboraciones y sus diseños vintage. Me encanta su diversidad. Me hace mucha ilusión trabajar con Nike. No solo por poder llevar la ropa, sino por poder crear cosas chulas con el equipo. ¿Quién sabe? ¡A lo mejor saco mis propias zapatillas! Sería épico.