
Tras elevar los brazos con incredulidad cuando cruzó la cinta en el Campeonato de Atletismo de EE. UU., Cooper Lutkenhaus sabía exactamente hacia donde mirar. Toda su familia inmediata estaba a la orilla de la pista del Hayward Field de la Universidad de Oregón, en lugares estratégicos para alentarlo cuando corría la final de los 800 m. Su mamá, Tricia, que grababa la carrera como lo hace desde hace años, estaba de pie en las gradas a la altura de la línea de salida. Su hermano del medio, Andrew, estaba en la marca de los 200 m; su hermano mayor, George Jr., en los 300 m; y su papá, George Sr., en los 100 m de la recta final. Acababan de ver a Cooper hacer un tiempo de 1:42.27, el cuarto mejor para un estadounidense y uno de los más grandes logros de un atleta de preparatoria.
Después de esa victoria, Lutkenhaus tiene frente a él mucho por hacer. Este mes, correrá en Tokio como el estadounidense más joven de la historia en competir en el Campeonato Mundial de Atletismo. Portará el Swoosh por primera vez como atleta Nike profesional, tras firmar el contrato de colaboración a finales de agosto. Esto significa que Cooper, quien recién empezó hace unas semanas el penúltimo año de preparatoria, dejará de participar en competencias escolares para poder correr con los grandes. Lejos de Tokio, ya es un líder en su entorno, en particular ahora que estudia en Northwest High en Texas, una responsabilidad que se tomó más en serio tras participar en el programa Nike Elite, al que se incorporó cuando iba en primer año. Cooper nos comparte lo que piensa sobre liderazgo, mentoría y el significado de correr por la familia.
Ser el hermano menor ayuda a mantenerte centrado cuando alcanzas un cierto nivel de éxito. Conforme crecíamos, mis hermanos y yo siempre tratábamos de superar al otro. ¿Quién corre más rápido? ¿Quién saca las mejores calificaciones? Al ser el menor, no ganaba muchas de esas competencias, pero sí desarrollé el gusto por competir todos los días.
Tengo suerte, porque no siempre pasa que haya gran admiración entre hermanos. Ellos compiten a nivel universitario, George en natación y Andrew como corredor, y todos queremos que nos vaya bien. Fueron mi mayor sistema de soporte cuando competí en el Campeonato de Atletismo de EE. UU. Tenerlos de mi lado ha sido muy importante para mi desarrollo estos últimos años.
No puedes evitar crecer como líder cuando estás rodeado de un cierto nivel de habilidad. El programa Nike Elite fue de enorme ayuda para mi crecimiento. Me incorporé hacia el final de mi primer año de preparatoria, en 2023, y fui a dos viajes grupales distintos, donde los 40 atletas entrenaban juntos. Yo era el más joven del grupo ese año y no hablaba mucho. Cuando fui nuevamente, ya en mi segundo año de preparatoria, hablaba mucho más. Probablemente te dirán que crecí mucho el año pasado. Esto fue gracias en buena parte a quienes me rodeaban. Aunque todos somos de distintas edades y competimos en categorías diferentes, podemos aprender unos de otros y del equipo técnico.

El programa Nike Elite brinda a un grupo selecto de corredores como Cooper los recursos y las oportunidades que necesitan para sobresalir al más alto nivel, preparando el camino para las selecciones nacionales futuras.
En la mirada de un runner puedes ver cuando compite por algo más que un logro individual. Al observar a quienes participamos en el programa Elite regresar a casa para correr en las competencias locales, puedes ver el estándar de liderazgo que aporta a esos eventos. Puedes verlo en su mirada cuando corre. Es casi como una responsabilidad. Siento que es evidente en cada atleta Nike. Por ejemplo, Donavan Brazier en el campeonato estadounidense: cuando cruzó la meta, podías verlo en su rostro al ganar. Ser un atleta para Nike va de la mano con ser un líder en Nike. De regreso a mi escuela tras asistir al programa Nike Elite, sentí que era un líder mucho más sólido.
El liderazgo se demuestra con palabras y acciones. Me sentí con la confianza de ser un líder para mis compañeros en Northwest. Siempre he pensado que enseñar con el ejemplo es importante, pero creo que logro comunicarlo mejor ahora gracias al programa Elite. He intentado también ayudar a los más jóvenes del equipo tanto como sea posible. El año pasado, mi segundo año de preparatoria, se incorporó un estudiante de primero, al que tome bajo mi tutela y ha estado corriendo muy bien últimamente. Intenté asimilar todo lo que yo admiraba en esos viajes Elite y moldearlo para nuestro programa de preparatoria.
En este punto, me enfoco en cumplir retos día a día. Estoy muy emocionado por el Mundial de Atletismo. Quiero ver qué tan lejos puedo llegar en las clasificatorias. Y luego, si llego a la final ... nunca sabes. Sobre todo en un evento como el Mundial, nunca sabes qué podría pasar.
Represento a Northwest High School tanto como a la selección estadounidense. Además, siempre estoy representando a mi familia. Han sacrificado tanto para que yo pudiera llegar a donde estoy. Quiero que se sientan orgullosos de mí.