No obstante, los Cortez fueron simplemente el primero de los memorables inventos de Bowerman, de los que llegaron a registrarse ocho patentes, que incluían tenis con una talonera externa, una mejor ubicación de los clavos y una placa de clavos con amortiguación. También fueron el primer éxito en su eterna búsqueda por crear los tenis de correr más ligeros posibles.
"Él pensaba que los tenis de correr podían mejorarse", comentó Jeff Johnson, el primer empleado de tiempo completo de Nike, al referirse a las primeras innovaciones de Bowerman. "Desafió los conceptos aceptados respecto a la tracción, la amortiguación, la biomecánica e incluso la propia anatomía".
Posteriormente, Bowerman buscó crear unos tenis que tuvieran una excelente tracción sobre superficies múltiples, sin que tuvieran clavos de metal. La respuesta llegó durante un desayuno en 1970 mientras contemplaba las cavidades cubiertas de jarabe del waffle que tenía en su plato. "¿Qué pasaría si revirtiéramos el patrón y creáramos un material con protuberancias en relieve en forma de una rejilla tipo waffle?", se preguntó. Después tomó la waflera de la casa y sustituyó la masa por uretano derretido. Desafortunadamente, Bowerman inicialmente olvidó engrasar la placa con un agente antiadherente y todo se pegó. A pesar de este pequeño contratiempo, siguió adelante y creó un material de goma flexible, elástico y ligero con un patrón gráfico en relieve, rejilla y tracción de agarre.
El equipo de Blue Ribbon Sports se apresuró a lanzar la suela tipo waffle en las pruebas para el evento olímpico de atletismo de EE. UU, que estaban próximas a celebrarse en 1972, en Eugene. Tenían la parte superior de nylon procedente de Japón para hacer juego con las suelas tipo waffle cortadas a mano en láminas de goma fabricadas en Eugene. Geoff Hollister, uno de los primeros empleados de Blue Ribbon Sports, pegó los componentes y confeccionó unos tenis para que un pequeño grupo de competidores de la prueba los usaran durante los entrenamientos o en el interior del Hayward Field.
Los tenis confeccionados a mano eran llamados "Moon Shoe" (tenis lunares), debido a la característica huella que dejaban en la tierra, similar a las huellas lunares que dejaron los astronautas estadounidenses durante las históricas misiones del Apolo. Las primeras versiones no eran muy sofisticadas, pero a los runners les gustó la sensación y la tracción de la suela tipo waffle y pronto se corrió la voz sobre el invento. Posteriormente, en 1974, Bowerman perfeccionó el concepto y desarrolló el icónico Waffle Trainer.