El apretón de manos que comenzó todo

  • 17/12/2025
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Veinticinco de enero de 1964. Sábado.

Los Beatles registraron su primer éxito número uno en Estados Unidos: "I Want to Hold Your Hand".

Y en un día frío y lluvioso en Portland, Oregón, un entrenador y su exatleta se reunieron para almorzar en el hotel Cosmopolitan y conversar sobre una posible colaboración comercial.

Una hora después, Phil Knight y Bill Bowerman se pusieron de pie y sellaron su acuerdo con un apretón de manos. Así nació Blue Ribbon Sports.

Para entender cómo dos habitantes de Oregón llegaron a ese momento y por qué perduró, tenemos que retroceder una década, al instante en que un adolescente acababa de ser descartado del equipo de béisbol.

Los inicios

Phil Knight creció en el sureste de Portland y estudió en la preparatoria Cleveland. Según su relato, fue el último en ser descartado del equipo de béisbol de segundo año y menores, una decisión que le dolió.

"Me rompió el corazón, pero mi madre me dijo: 'No te vas a quedar deprimido en casa. O vas a repartir periódicos o vas a entrenar para correr en pista'. Bueno, eso fue fácil. Fui a las pistas".

Esa decisión lo llevó por un camino que cambiaría su vida y, con el tiempo, al mundo del deporte.

Knight se presentó a las pruebas de pista y rápidamente encontró su ritmo. Aunque era físicamente más bajo que las personas que integraban el equipo, era rápido, competitivo y estaba dispuesto a trabajar.

En una de sus primeras competiciones, su padre, William, un abogado laboral que luego se convertiría en editor del periódico Oregon Journal, le presentó al entrenador de atletismo de Oregón, Bill Bowerman. Los dos habían ido juntos a la Universidad de Oregón. Ese día conoció por primera vez al entrenador que más tarde daría forma a su vida.

Para entonces, Knight ya empezaba a ganar y a clasificarse en carreras locales, lo suficiente como para hacerse un nombre en el mundo de la preparación competitiva de Oregón. Durante su penúltimo año, vio un titular que se le quedó grabado: Bill Dellinger, un runner de la Universidad de Oregón, acababa de ganar la milla en el campeonato nacional bajo la dirección de Bowerman.

"Fue sorprendente", dijo Knight. "Fue un gran titular en The Oregonian y fue entonces cuando me enteré de Bill Bowerman y del programa fenomenal que tenía".

Dos años después de su acuerdo sellado con un apretón de manos, Phil Knight y Bill Bowerman plasmaron por escrito su nuevo negocio. Este primer contrato firmado se conserva en el Department of Nike Archives en el campus PHK.

La hamburguesa de los runners

Aunque pequeño y delgado, Knight nunca dejó que su tamaño lo detuviera. En 1955, jugó en el equipo de básquetbol de Cleveland que ganó el campeonato de la ciudad, terminó segundo en la carrera de 800 metros de la liga y cuarto en la competencia estatal. Para el otoño, se había ganado un lugar en los equipos de pista y campo traviesa de Bowerman en la Universidad de Oregón.

Sin embargo, mucho antes de su primer entrenamiento, su padre ya había recurrido a Bowerman en busca de orientación: un primer indicio del vínculo que acabaría definiendo las carreras profesionales de ambos. Con curiosidad por conocer la opinión del entrenador sobre si Phil debía ir a la universidad o incorporarse al ejército, William Knight le escribió ese otoño.

Bowerman respondió con su característica mezcla de franqueza y cariño.

"Mi principal preocupación es la educación de su joven hijo", escribió. "No todo será diversión y alegría. Se necesita trabajo duro para tener éxito en cualquier cosa. Es un privilegio tener a su hijo aquí, también una responsabilidad para mí, para usted y para él".

A la izquierda, Phil Knight en la competencia previa olímpica de la Universidad de Oregón en 1956; Knight compitió después de que Bill Bowerman lo invitara a correr los 400 metros. A la derecha, Knight entrenando en la Universidad de Oregón.

Como muchos estudiantes de primer año antes que él, Knight pronto comprendió lo que eso significaba, batallando bajo el mando del explosivo Bowerman. "Después de mi primer año, tuve que reflexionar y preguntarme si iba a volver con ese loco o no", recordó Knight. "Me di cuenta de que si volvía, tendría que hacer las cosas a su manera porque él no iba a cambiar. Así que volví".

Esa decisión fue crucial. Bowerman vio potencial en Knight, no como runner estrella, sino como el runner ideal para pruebas. "Yo no era uno de los mejores runners del equipo", admitió Knight. "Bowerman sabía que podía usarme como conejillo de indias sin mucho riesgo".

Llamaba a Knight la "hamburguesa" de los runners: de complexión fuerte, resistente y tenaz, y comenzó a usarlo para probar los primeros prototipos de tenis. En agosto de 1958, Bowerman le envió a Knight una carta describiendo su plan de entrenamiento de verano y añadió una posdata: "Si tienes un par que crees que serían buenos para correr, envíalos. Estarán listos para cuando empiecen las clases".

El par que Knight recibió ese otoño presentaba una tela experimental blanca recubierta de goma, "del tipo que usarías para un mantel que se pudiera limpiar con una esponja", diría Bowerman más tarde. Eran rudimentarios, funcionales y un anticipo de lo que se avecinaba. El entrenador aún estaba a años de encontrar un socio fabricante, pero su esfuerzo por fabricar un calzado más rápido y ligero ya tenía a la primera persona dispuesta a probarlo.

Estos spikes hechos a mano son el calzado más antiguo creado por Bill Bowerman en la colección del Department of Nike Archives.

Estos spikes son únicos en muchos sentidos: la punta sin costuras fue diseñada para brindar comodidad y ajuste, y el diseño minimalista permitía una sola costura, desplazada en el talón. La pieza del talón está hecha de goma esponjosa.

De la pista a los negocios

Para cuando Knight se graduó en Oregón en 1959 con un título en negocios, su espíritu competitivo se había trasladado de las pistas al ámbito académico. Su siguiente parada fue Stanford, donde se matriculó para cursar una maestría en Administración de Empresas.

Al principio, su camino parecía incierto. Pero durante su último año, una materia llamada "Administración de Pequeñas Empresas" le llamó la atención. Fue una materia que, con el tiempo, despertaría la idea de su vida.

"Era la única materia de emprendimiento, así que era una de las que más me interesaban", dijo Knight. 

Desarrolló una sólida relación con su profesor, Frank Shallenberger, quien les asignó a los estudiantes un proyecto sencillo pero abierto: inventar un nuevo negocio, definir su propósito y crear un plan de marketing para respaldarlo.

Knight había escuchado recientemente una conversación entre fotógrafos del Oregon Journal, donde había trabajado durante los veranos mientras iba a la universidad. Hablaban sobre la oleada de cámaras japonesas económicas que empezaban a competir con los modelos alemanes, más potentes y costosos.

"En ese momento, la electrónica estaba de moda y las personas más inteligentes de la clase eligieron escribir sobre ese tema", dijo Knight. "Pero yo no sabía nada de electrónica, así que escribí sobre algo que sí conocía: tenis".

Basándose en su experiencia como uno de los evaluadores de calzado de Bill Bowerman, creó su empresa hipotética. Para 1962, el calzado deportivo alemán estaba en auge en EE. UU.: de muy buena calidad, sí, pero costoso. Knight vio una oportunidad.

Convirtió la idea en un trabajo académico que escribió casi literalmente de la noche a la mañana con una única y audaz hipótesis: ¿Los tenis deportivos japoneses podrían hacerles a los alemanes lo mismo que las cámaras japonesas les hicieron a las alemanas?

Knight argumentó que los tenis para correr japoneses podían competir tanto en precio como en calidad con las marcas alemanas dominantes. Knight recibió una calificación de sobresaliente. Al terminar la tarea, no lograba sacarse la idea de la cabeza. "Escribí una carta solicitando información a prácticamente todos los fabricantes de calzado japoneses que pude encontrar".

Solo una empresa respondió: la Kow Hoo Shoe Company de Hong Kong. La carta, escrita en un inglés imperfecto, era cortés pero desalentadora.

"Lamentamos informarle que, debido a la falta de [ese tipo de] equipos y materiales, difícilmente podemos fabricar [este] tipo de tenis, y confiamos en que todo fabricante de calzado en Hongkong (sic) fracasa al intentarlo. Somos expertos en la fabricación de tenis de golf, botas para patinar y tenis de bolos, entre otros".

No era la respuesta que Knight esperaba, pero no importaba. Se había plantado una semilla que pronto echaría raíces.

Conmocionado, pero no desanimado, estaba a punto de enfrentarse a la oportunidad de su vida.

Esa historia y otras más aparecerán en futuras publicaciones del Department of Nike Archives en The Record.

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